Los problemas de seguridad son una constante en Internet que se repiten todos los años y, a medida que avanza la tecnología, siguen apareciendo además nuevos agujeros de seguridad o virus más elaborados.
A pesar de estar cada vez más habituados al uso de todo tipo de aplicaciones, programas, o cuentas en redes sociales, y escuchar periódicamente advertencias al respecto, muchos internautas siguen manteniendo contraseñas débiles o fáciles de conseguir por todo tipo de hackers.
Crear una contraseña segura y compleja es el mejor método de que nuestros datos estén seguros, sin embargo todos los estudios sobre seguridad en la Red apuntan a que millones de usuarios utilizan todavía las mismas contraseñas comunes.
“123456” sigue manteniéndose como la contraseña más popular del mundo, representando nada menos que el 17% de las contraseñas a nivel mundial. La siguen contraseñas como “qwerty”; “123456789″; “111111″; “password”; “Google”; “654321″; o “zxcvbnm”.
El factor común es el uso de contraseñas débiles, o combinaciones que pueden parecernos complejas a priori, como “1q2w3e4r”, sin embargo son contraseñas utilizadas de forma masiva y de forma automática para el “phishing” o el “spam” por robots.
Para establecer una contraseña segura, es recomendable utilizar códigos alfanuméricos que incluyan caracteres especiales, como asteriscos, o “@”, además de mayúsculas y minúsculas. También rige la norma de cuanto más larga es la contraseña más difícil es de hackear, por lo que lo idóneo es que nuestra contraseña tenga al menos 15 caracteres para ser segura.
Otros consejos útiles para aumentar la seguridad de nuestras cuentas y contraseñas son en realidad consejos básicos: No compartir la contraseña con nadie; no utilizar la misma contraseña en diferentes sitios; prestar atención a las preguntas de seguridad; o utilizar algún servicio de gestión de contraseñas para disponer de contraseñas más robustas y difíciles de memorizar.